Una verdad demasiado incómoda

Femistalinistas y la incómoda verdad sobre el caso «La Manada».

Altamente recomendable escuchar íntegro para dejar de linchamientos innecesarios, ver el horizonte sin la paja en el ojo ajeno, sin el árbol ocultando las verdades o sin poner en duda la peor de todas las opiniones, la pública. Esa opinión sesgada por la inopia personal de quienes opinan sin saber, por no querer ver la realidad o por defender lo indefendible: las contradiciones de una denunciante que si hubiése denunciado a alguno de los hijos (hombres) de cualquiera de sus defensoras otro gallo cantaría.

Y aunque no son tampoco ellos Santos de mi devoción el apedrear en la plaza del pueblo públicamente a cinco personas es reducto bárbaro de pueblos estancados en la indigencia intelectual. El caso que aquí se muestra es más cruel, lo psicológico siempre hace más daño, tanto como el que hace quien por ser mujer decide plantearse el denunciar o no con falsedad y desacierto a cualquier hombre por libre capricho.

Hay que estar muy mal de la cabeza, ¡de verdad!

Juanjo Sánchez
2 de julio, 2018