Puta Vergüenza

Es una PUTA VERGÜENZA que yo lleve toda la noche, y días, y semanas anteriores, y meses, actualizando y rellenando datos curriculares en diversas empresas y plataformas de empleo, con diferentes estructuras digitales, para ahorrarles a ellas el trabajo en sus Departamentos de Recursos Humanos. Es un DESPROPOSITO, una DESESPERACIÓN, una PERDIDA DE TIEMPO, un ESTRÉS y lo dicho UNA PUTA VERGÜENZA que nos hagan trabajar en formularios que si bien les ahorra a ellos tiempo nos lo roba (de robar) a nosotros, a quienes no nos pagan por ello y necesitamos un puesto de trabajo. Y aún peor, cuando son los únicos métodos de optar a ofertas sin poder ajustar currículums específicos a las normas y procedimientos sistemáticos, herméticos, de casi todas las empresas que se han inclinado por dejar sin opciones de empleo, con este sistema, a muchísimos españoles. Un procedimiento improductivo y agresivo a todas luces. Luego hablarán y se posicionaran atribuyendo esta verdad, para ellos seguro que falsas certezas, a las inflexiones psicosomáticas de quien subscribe este artículo de opinión desde las tripas encolerizadas que le hacen vomitar indigestión.
He aquí algunas de las impurezas que se encuentran en las cloacas de una nación, política y socialmente inestable, desequilibrada y que metódicamente acosa de modo psicosocial a sus ciudadanos, a quienes adiestran, le crean incertidumbres, temores, inducción a la desesperacion y amaestran para transitar por la vida en un rebaño de borregos acotado por lobos y dirigentes o jefes, que no líderes, sin escrúpulos.
¿Quieren llamarme disidente? ¡Háganlo, lo soy!
Hasta los testículos de tanta pasividad, de tanta insolidaridad encubierta de buenas intenciones disfrazadas de corderos, de tanta cagada organizativa y legislativa, de tanto inútil; de tanto mutilado neuronal, muchísimos de ellos con pagas vitalicias y aforados al servicio del Estado, de las innecesarias Comunidades Autónomas, de las Administraciones Comarcales (también infructuosas), de las Administraciones Municipales que no reciben a sus ciudadanos cuando estos los necesitan (ahí queda eso); de tanto infame, de tantos jefes para tan pocos indios (incluidos políticos de tres al cuarto, en activo o sin actividad, y Senadores baladís a diferencia del resto de países europeos e incluso Estados Unidos de América en el que con una población de 329 473 043 habitantes solo tienen 100 senadores frente a los 265 de España con una población de 46,56 millones).
En definitiva una puta vergüenza. Hasta las bolas y más allá del infinito de la mierda en la que estoy aún flotando sobre un solo madero, herencia del naufrágio en el que el motín de ratas hizo zozobrar mi velero, y que me impide desde hace años salir adelante y casi haber muerto en el intento de vivir con dignidad, sin que nadie se haya preocupado por más que lo he intentado, desde las administraciones y empresas privadas de dar solución de empleo a este naufrago.
Mientras tanto nos solapan nuestros derechos laborales y de vivienda la invasión organizada y encubierta de otros Seres Humanos que, por el hecho de serlos, con sus presencias y aprobación gubernamental provocan daños a los oriundos de nuestra nación española.
¿Quieren llamarme racista? Háganlo, no lo soy.
Solo que ya estoy hasta los testículos de esta desigualdad: la misma perra con diferente collar prima hermana del “supremacismo feminista”.
Dijo María Zambrano:
«’Hay cosas que no pueden decirse’, y es cierto. Pero esto que no puede decirse, es lo que se tiene que escribir.»
 
20 de agosto, 2018