Tú, «brujo», enaltecido por el descontento de la necesidad,
rodeado de mandrágoras y flores muertas en las riberas de la Mar;
quien aún avanzas por los caminos, por los senderos de la deslealtad,
te consumes en el olvido de la madre tierra junto a tus vicios y perversidad.
Brujo eras en tiempos dorados,
brujo eres en momentos amargos,
brujo serás en una tierra
bañada por la sal.
Tú, «brujo», quien me condenaste a la necesidad
rodeado de amigachos siempre sin amabilidad,
te quemas en el fuego eterno del averno,
te arrastras por las brasas de tus flirteos al viajar.
Dios bendiga Brasil
donde, con usura y planificación,
tu travesía llegó a su fin.
Tú, «brujo», ¿quien te diría que la esencia de tu oscuridad
te devolvería a la soledad?
Soledad rodeada de Dragos sin nombrar
y periplos sin tierra firme que pisar.

medio con el que escapar de las garras
de una familia arraigada en la fuerza despiadada
del sedimento maternal.
Oriente al norte de tu falsedad,
Rakka’na, la fuerte y segura, un horizonte donde nunca escarbar,
y mi deseo de Amor alejado de la ácida uva «bobal».
Rakka’na, noble, leal y fidelísima Villa,
linaje de los demonios de tu despertar
en una piel de toro bañada
por un enjambre de sales amargas en tu propio mar.
Tú, «brujo», caliente y frío gracias a tu infidelidad
eres el yugo y la guadaña de la muerte al caminar,
periodismo y tarot, brujería y bambalinas,
tus armas de seductor.
Miedo atroz del desviado por su necesidad,
del temeroso por tu fama, por tu adivinar;
respeto mortal del insulso por su vespertina oscuridad,
adúltero sentimiento, el tuyo.. «Brujo» al creer amar.
Tú, «brujo» sin dicha,
con penumbras y medias verdades;
Tú, «brujo» condenado por las divinidades.
Coqueto y huraño, rubio desteñido, nacido en la soledad;
Tú, «brujo», «brujo» desdibujado en una sonrisa etérea del propio Satán,
tú que le ofreciste la gloria al vagabundo
no eres más que el reflejo de la crudeza de tu respirar;
profunda garganta que escupe infamias,
al abrigo rupestre, donde tus difuntos asisten a tu funeral;
maldad la tuya desnaturalizada
por los designios de mi olvido,
guiño Divino que me ofrece «Paz».
Juanjo Sánchez ©
23 de abril, 2015
Algeciras, Cádiz.