Esclavitud & libertad

 La vida es una montaña rusa, te tambalea, te pone del réves, se rie de ti, te precipita al abismo y aunque estes sujeto por la propia existencia, por hilos invisibles, sientes el vértiginoso miedo de no estar a la altura de vencerte a tí mismo, de vencer las dificultades; la vida te acaricia y te besa para, como Iscariote: el Traidor, conspirar contra ti, depende de cada uno el sentir el zarpazo de la ironía o ser feliz con lo que nos toca.

El pasado 9 de septiembre (2017), hoy un año despúes, me hallo cerca de emprender una nueva aventura y enfrentar un nuevo viaje, a punto de escalar a pelo el muro interior de un enorme castillo medieval lleno de centinelas armados hasta los dientes, a pesar del inhumano estrés al que el alrededor sistematizado me somete, continúo pensando lo mismo que publiqué hace un año. Muy cerca de cumplir un sueño que llevaba mucho esperando. 

 El correr de la vida es mucho más que formación académica, más que la esclavitud de perder el tiempo para enriquecer a otros, más allá de vivir en una cadena perpetua impuesta por quien no te ama, por quien busca en ti un interés de cualquier origen.

Para ser feliz, aprender y disfrutar la fórmula está en las mentes libres y aventureras, en vivir viajando y descubriendo nuevos momentos y sensaciones.

El ser nómada no solo ofrece la bendición divina de conocer nuevas personas, productos de su creación, sino de sentir palpitar a la naturaleza, el trasiego acelerado de la gran urbe, la calma del pueblo de montaña y beber de la fuente para la eterna juventud: la felicidad, la más efectiva medicina para el alma.

Y tras esto he de decir que de esos muchos centenares de contactos que demuestran en mis redes esa filosofía, que lo demuestran con pocas palabras y muchas imágenes de sus viajes deben de ser Romy, tal vez buscando, o no, a un Willy Fog o a la viceversa.

[Quienes se sientan identificados que tiren la baliza en medio del Océano de felicidad en el que se observa viven, a pesar de sus recuerdos, tal vez, ingratos, llenos de esfuerzos y repletos de sueños por cumplir.]

Al final de todo, la vida es una montaña rusa para el atrevido caballero y la audaz amazona, una montaña rusa que solo con pasión diaria por una sonrisa dibujada en dos miradas ausentes, distantes, pueden ser capaces de emular grandes hazañas dignas de historias románticas de amor, como aquellas en las que envejecen felices dos ancianos que no saben vivir uno sin la felicidad del otro.

⚜️ Juanjo Sánchez 
9 de septiembre, 2017

Visítenme en https://www.facebook.com/LaVozDeCoffee