Del poder de una familia a la autoridad de los valores.

Golf, Daniel Palma

Con una infancia sin grandes acontecimientos, feliz y cómoda en una familia residente entre Algeciras y Sotogrande – San Roque – Cádiz, Daniel Palma golfista amateur y vigoroso deportista de deportes dispares como el Baloncesto, el Tenis, el Pádel, el Ciclismo, el Senderismo, el Windsurf o el Kitesurf, y todo aquel que la pasión le obligue a practicarlo en el poco tiempo que tiene, rememora con añoranza cuando el recuerdo le lleva a su pasado lejano haciendo deporte junto a sus padres.

Nacido accidentalmente en la ciudad Malagueña del Tajo en Abril de 1974 y de madre Cordobesa, como aquella “mujer morena de rojos claveles y alegre guitarra” que pintó Julio Romero de Torres, hoy día se preocupa por su edad, esa que ha superado la frontera que existe entre la infancia del conocimiento y la adolescencia del saber.

En la vida, a veces, se producen separaciones para, con el tiempo, mostrar que el espacio entre dos personas no existe. Felizmente casado con la mujer perfecta, aquella que conoció en la adolescencia del Instituto y que fue su primera novia, quince años después del primer noviazgo y ruptura, el Universo manejó los hilos de la sabiduría bajo aquella razón que no se entiende y les vuelve a unir para definitivamente, un día otoñal, consolidar el matrimonio en la iglesia de Sotogrande y crear una familia normal como cualquier otra.

Sus hijos: Álvaro, Guillermo y Mario; Lealtad, Abnegación y Pureza, los dos últimos, hijos de una Reina de Corazones María Ángeles, el primero de una relación intermedia con la Reina de Bastos su primera pareja en convivencia, y el Soberano deportista Daniel Palma quien encarna la ilusión, el amor y el sacrificio, por los dos pequeños de la casa y la lealtad a Álvaro su primogénito. Todos ellos pistones precisos del motor familiar que promueve el avance de una pareja exultante de felicidad, y una ex compañera ligada a una historia ya olvidada.

Amigo de sus amigos y confeso ser humano con valores, virtudes y muchos errores destaca como persona y como deportista a Álvaro Quirós, padrino de su hijo Guillermo, al que el Golf les unió más allá de la sangre y de quien destaca la humildad con la que se llevó seis títulos europeos en su trayectoria profesional, entre otros triunfos.

A pesar de admirar a la cultura española y a la sudamericana por su similitud, en el terreno personal no idolatra a nadie, “nadie es para siempre”, todos tenemos momentos en los que podemos desilusionar y los ídolos se le derrumban, al dar a conocer sus vidas.

Después de ser padre espera que pasen muchísimos años para irse tranquilo dejando bien a los suyos y sabiendo que dejó huella. En ese preciso momento, ya que la muerte es parte de la vida, desearía saber qué estarán pensando cada uno, cuando el féretro entre en el horno de la incineración.