«¡Cuánto daño hace el amor no correspondido,
cuanto el amor infinito,
y ese que nos aleja de la ciencia
ese que acaricia con su presunta inocencia!
¡Cuánta dolencia para el alma
una vez despierto del sensual sueño,
al descubrir las mentiras,…
las verdades de otras almas!
¡Cuánto entusiasmo eterno
al desear el bálsamo de unos besos;
besos que rocen perpetuos,
sin secretos!»
Andrè Sanz © 6 de mayo, 2018