Demacrado proverbio que vomita frente al nido de gaviotas,
sacrificio humano frente al espejo
que refleja el latido tardío
del corazón moribundo sin reflejo.Bizarros olores de patrimonio enemigo,
semen derramado,
color inmaculado de su amor,
sobre el sexo femenino.Tiempo que no muere, brújula que suspende,
que pasa, como las gaviotas cuando sin rumbo se detienen,
y en una burbuja frágil,
de jabón, fallecen.Absoluta ausencia de quienes se marcharon
blandiendo empuñaduras sobre espigas,
precipitándose sobre el eje de un caracol,
sobre los remos de una galera, sin espiga… ni mando, ni timón.Juanjo Sánchez ©
9 de mayo, 2018
La espiga de la Guadaña.
